Poesía del yo, de la pasión, del destino y del amor inalcanzable. El burgués frente al capitalismo. Ciencia y ficción, tecnología y deshumanización. XX 1 Las vanguardias literarias se caracterizaron por una absoluta libertad de expresión y supusieron una nueva forma de entender la literatura en las primeras décadas del siglo XX.
Subsiguiente El Zarco se hallaba, pues, en la plenitud de su orgullo ancho. Había realizado parte de sus aspiraciones. Era temido, se había vengado; sus numerosísimos robos le habían producido un botín cuantioso; disponía a discreción del bolsillo de los hacendados. Eran los goces del amor, pero no esos goces venales que le habían ofrecido las condescendencias pasajeras de las mujeres perdidas, sino los que podía prometerle la pasión de una mujer hermosa, joven; de una clase social abad a la suya, y que lo amara sin reserva y sin condición. Manuela habría sido para él una mujer imposible cuando medio oculto en la comitiva servil del rico latifundista, atravesaba los domingos las calles de Yautepec. Entonces, era seguro que la linda hija de una familia acomodada, vestida con cierto lujo aldeano, y que recibía sonriendo en su batiente las galantes lisonjas de los ricos dueños de hacienda, de los gallardos dependientes que caracoleaban en briosos caballos, llenos de plata, para lucirse adelante de ella, no se habría fijado ni un instante en aquel caballerizo descolorido y triste, mal montado en una silla pobre y vieja, y en un caballo inferior y que se escurría silencioso en pos de sus amos. Él no buscaba el apoyo de la virtud en las penas de la vida, sino las emociones groseras de los sentidos para completar la fortuna de su localización presente.
A «Buenavista Social Club», la banda cubana del momento, le corresponde el accésit de haberle puesto banderillas a la globalizada indolencia sentimental con la que Occidente ha cerrado el siglo XX. La edad tampoco es una barricada insalvable: en cada uno de nosotros, hombre o mujer, puede anidar un Florentino Ariza o una Fermina Daza, los ancianos amantes de El Amor en los tiempos del cólera que, con sus corazones astillados —no así por el tiempo, sino por el amor— alcanzaron el paraíso al bisel de sus existencias. Y yo creo que uno sigue si hay amor. Así, desde las primeras décadas del siglo XX, el bolero abrió escenarios inéditos de identificación musical, que rebasó fronteras y demarcaciones sociales.
Una voz varonil dijo de pronto: - las doce, compañeros; digamos el requiescat por el año que ha pasado a formar entre los muertos. Europa, ya que su extranjerismo es adorable. Bebo y brindo, clamó el interpelado; brindo por mi pasado, que fue de luz, de amor y de alegría, y en el que hubo mujeres seductoras y frentes soñadoras que se juntaron con la frente mía. Brindo por el ayer que en la amargura que hoy cubre de negrura mi corazón, esparce sus consuelos trayendo hasta mi mente las dulzuras de goces, de ternuras, de dichas, de deliquios, de desvelos.
Gran autor y grandes obras. Gracias, Acuarela Empecé a intentar escribir poesía gracias a él. Eso dice todo. Murciélago Siempre me ha fascinado la leída, pero en especial me encanta la poesía y Bécquer es uno de mis escritores favoritos, porque se expresaba con una facilidad excepcional, me encanta Paula Andrea Rimas Cuando vuelvo mis ojos, a los años de juventud, de un pasado muy reciente, y nuevamente leo las Rimas de Gustavo Adolfo Bécquer, añoro la pérdida de la grandeza y sensibilidad de nuestro tiempo actual. Gracias por la oportunidad de poder disfrutar como el buen vino el poder saborear tan espléndida literatura. José A. Wong Pérez José A. Wong Pérez, tienes toda la razón, yo también añoro aquellos tiempos.