Hace dos días tampoco fue al cole, y yo, como soy muy mala madre le puse la tele y seguí durmiendo toda la mañana, aunque de vez en cuando él venía a despertarme, yo me levantaba y me volvía a dormir. Una buena madre no dejaría sin vigilancia a un niño de tres años mientras duerme. Pero yo soy una muy mala madre. No es la primera vez que me duermo y llegamos corriendo o tarde. Sé que os echaréis las manos a la cabeza. Estoy enferma, pero tengo una enfermedad que para muchos es un capricho. Años luchando contra mi enfermedad Llevo años luchando, aunque muchos consideran que si luchara de verdad lo habría superado.
Sí, son tremendamente corteses. Y lo avieso es que me he acostumbrado a ello. Al vivirlos cada día, muchos de esos gestos se han convertido en habituales. Si los dos llegan a la vez o el recorrido es el mismo para ambos, los dos deben ser amables.